Dos regalos de navidad
Por: María Paula del Pilar
Analista de Cultura y Comunicación
Los nervios y las piernas que temblaban sostenían a Sindy en una sonrisa tímida, típica de una entrevista laboral. Entró al edificio ubicado en Bogotá - La Soledad ambientado con sonidos de teclados y fotografías en las paredes, un lugar limpio, organizado.
Al entrar al salón de la entrevista pasó algo inesperado. Inmediatamente su sonrisa dejó de ser tímida y se tornó amigable. Con un abrazo solidario la recibió Daisy Sánchez, la mujer que la entrevistaría. Un abrazo que próximamente se convertiría en la primera marca que la llevaría a encariñarse de Confiar. “Si me reciben así para una entrevista, cómo será el trato hacia los empleados”, de ahí en adelante se enamoró de Confiar.
Sindy en su primer día de entrenamiento
Ingresó el 3 de noviembre del 2015 a trabajar en la Agencia La Soledad como asesora de servicios, durante un año y medio estuvo en ese lugar que considera su agencia escuela. Después pasó a la Agencia Marly, donde se le dio la oportunidad de ascender como subdirectora. Hizo todo el proceso, se postuló y de regalo de navidad, le dieron la noticia de que sería ascendida.
Por un lado, esa navidad fue bonita gracias al nuevo reto que se aproximaba, pero por el otro lado, la inundaba la tristeza y la incertidumbre. El cáncer de seno de su madre la tenía sumida en una preocupación constante, además de que se estaba formando para su nuevo cargo. Luego llegó la pandemia y ahora recuerda esos tiempos en los que tuvo que lidiar con unas y con otras.
Otro regalo de navidad
Sindy en su primer día de entrenamiento
La persistencia y servicio caracterizan a Sindy. De aquí para allá y de allá para acá hacía reemplazos como directora o subdirectora debido a contingencia por COVID 19 o por vacaciones, sin embargo, “me fortalecí en conocimiento y experiencia”, cuenta con una sonrisa.
En ese transcurso se le presentó la oportunidad nuevamente de postularse a un nuevo reto, mientras estaba realizando un reemplazo en la Agencia Ciudad Bolivar. En esta convocatoria se sintió feliz de que la tuvieran en cuenta, un gesto que reflejaba su dedicación. Así que se preparó y otra vez en diciembre del 2021 la llamaron para darle su regalo de navidad: ahora sería la directora de la Agencia Ciudad Bolivar.
“Yo siempre tuve ese sueño cuando llegué a Confiar, yo dije, yo algún día tengo que ser la directora de una oficina de Confiar, aun así, sabiendo que la responsabilidad era más grande…”.
Ahora con su sueño cumplido, con su madre mucho mejor de salud y con este cambio importante, se enfrenta a ser líder y se compromete a llevar el nombre de Confiar a su territorio y como dice Sindy, “a cada rinconcito de las localidades de Bogotá”.
Ciudad Bolívar
Localidad 19 de Bogotá. Ubicada en el sur de la ciudad. Un territorio que necesita del cooperativismo. Espacio al que llegó Sindy, con su amor y nuevas responsabilidades.
“La vida me puso en esta localidad y eso me tiene muy agradecida y feliz. La gente es muy querida. La localidad tiene muchas necesidades y me alegra ser parte de cumplir los sueños de este territorio porque es muy especial, con situaciones de vulnerabilidad muy difíciles. Cuando uno habla con la gente, se da cuenta de todo lo que está pasando y de cuanto necesitan el cooperativismo y esa ayuda mutua. Es estar ahí involucrada, acá las personas son muy unidas, sabes… y eso es el cooperativismo. Se cruza mucho la localidad con la filosofía de Confiar”.
Sindy y su equipo de trabajo de Ciudad Bolívar
Desde que llegó a Confiar sintió ese sentido de pertenencia. Sigue teniendo ese compromiso por hacer las cosas bien y según ella, “lo tengo y lo tendré siempre”. Es una líder y lo demuestra en su hacer diario y respeto y relación con su equipo de trabajo, “soy líder, pero sin ellos no hay equipo”.
Mujer y referente
Salir adelante, confiar en sí misma, creer en sus talentos… una mujer que no duda de lo que puede lograr. Una mujer como referente para otras, en especial para su hija, una niña que sueña igual que su madre.
“Es muy lindo ser un referente para mi hija. Es el ejemplo que le puedo dar a mi hija como mujer y como madre. Que mi hija siempre vea en mí un ejemplo a seguir, de trabajar con amor y de persistencia. Eso es lo que quiero para mi hija, que esté interesada en salir adelante”, dice Sindy, confiando en el camino que va abriendo para su hija.
Sus palabras para la gente de Confiar
En su caminar por Confiar, han pasado personas que le han marcado el corazón, como Andrés Orjuela, “crecí mucho gracias a él, le agradezco mucho su don”, también aprecia mucho a Daisy Sánchez, “yo la llevo en mi corazón. Ella me mostró qué es una cooperativa, gracias a todo lo que me enseñó, hoy tengo en mí un poco de ella”. Y por su alegría inmensa, recuerda a Edwin Piñeros, “Hacía de mi trabajo un lugar muy feliz”.
Y en este camino lleno de personas y experiencias, seis años han bastado para que Sindy se sienta segura de continuar en este inventico y llevando en su mirar el brillo de la Cooperativa, “a la Gente de Confiar, les digo que cada día que se levanten, lo hagan con el ánimo de pensar en el otro, no de manera individual. Cuando se logra tener empatía por el otro, una entiende la situación. También hay que tener amor, porque así se logran grandes cosas. Los empleados somos muy importantes dentro de la Cooperariva y si nosotros estamos contentos con lo que hacemos se va a reflejar para el público”.
Confiar está llena de historias, de ojos que brillan por trabajar y contribuir a Otro Mundo Posible, a esa utopía que vamos construyendo en cada territorio que habitamos. Y esta es una de esas historias que merece ser contada.